
Abril tiene una particular filosofía de vida: vivir como le de la gana, haciendo lo que le provoque, cuando le provoque. En el camino conoce a Bruno, un joven chileno algo abrumado por los problemas, quien deslumbrado por la filosofía de Abril, decide seguirla, sin sospechar las verdaderas razones por las que ella vive de forma tan despreocupada.